martes, 23 de julio de 2013

Poemas Infantiles

EL SAPO VERDE
Ese sapo verde
se esconde y se pierde;
así no lo besa
ninguna princesa.

Porque con un beso
él se hará princeso
o príncipe guapo;
¡y quiere ser sapo!

No quiere reinado,
ni trono dorado,
ni enorme castillo,
ni manto amarillo.

Tampoco lacayos
ni tres mil vasallos.
Quiere ver la luna
desde la laguna.

Una madrugada
lo encantó alguna hada;
y así se ha quedado:
sapo y encantado.

Disfruta de todo:
se mete en el lodo
saltándose, solo,
todo el protocolo.

Y le importa un pito
si no está bonito
cazar un insecto;
¡que nadie es perfecto!

¿Su regio dosel?
No se acuerda de él.
¿Su sábana roja?
Prefiere una hoja.

¿Su yelmo y su escudo?
Le gusta ir desnudo.
¿La princesa Eliana?
Él ama a una rana.

A una rana verde
que salta y se pierde
y mira la luna
desde la laguna.



EN MEDIO DEL PUERTO

En medio del puerto,
con velas y flores,
navega un velero
de muchos colores.

Diviso a una niña
sentada en la popa:
su cara es de lino,
de fresa, su boca.

Por más que la miro,
y sigo mirando,
no sé si sus ojos
son verdes o pardos.

En medio del puerto,
con velas y flores,
se aleja un velero
de muchos colores.

 

 EL AVE
El ave
para cantar
piensa en el mar.
Está enamorada la luna
de la canción encantada
del ave sobre mi cuna...
cuida mis sueños un hada.

Mi ave
es melodía
de cada día.




El mono remono


Una mona muy mona,
menuda monada,
mondaba maníes
mirando a la nada.

Y un mono remono,
menuda monada,
miraba a la mona
con cara embobada.

El mono tan mono,
menuda monada,
menea la mano
para saludarla.

La mona remona,
menuda monada,
mastica maníes
y no dice nada.

El mono remono,
menuda monada,
le ofrece mijo,
mango y manzana.

La mona muy mona,
menuda monada,
se da media vuelta
y no dice nada.
El mono con mono,
menuda monada,
triste merodea
hasta la alborada.

El mono tan mono,
menuda monada,
con cara de pena
vuelve a su morada.

 El mono remono

Los cuervos


Un cuervo iba volando
planeando sobre el cielo,
y mirando a tierra
vio un conejito en el suelo.

Sus movimientos miró,
notó que algo le ocurría,
y deprisa descendió
poniendo en peligro su vida.

Estaba herido y gemía,
lloraba con desconsuelo,
le dolía la patita
atrapada en aquel cepo.

Le consoló con palabras,
y de nuevo alzando el vuelo,
fue a buscar al nido ayuda
sin pensárselo un momento.

Al poco rato volvió,
con una bandada de ellos,
todos juntos con sus picos
lograron abrir el hierro.

“Muchas gracias pajaritos
bueno ha sido vuestro gesto,
no sabéis como agradezco
me hayáis librado del cepo.

Y prometo nunca hablar
de los cuervos malas cosas,
pues a pesar de su fama
me han demostrado otra cosa”.

 Los cuervos







1 comentario:

  1. Gracias por haber elegido mi poema de "Los Cuervos" para este blog.
    Me gustaría que pusiera que es de mi autoría.
    Un saludo Fernando.
    Marisa Alonso Santamaría

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